lunes, 17 de octubre de 2011

Sobre la pérdida de un hijo


Siempre me gusta poner imagénes y Son Goku está aquí en recuerdo de mi hijo que le encantaba.

Hasta hace una hora no hubiera pensado escribir esta entrada, porque esencialmente este no es un blog para hablar de mi vida privada,eso, a veces lo hago aquí: Siempre nos quedará París mi primer blog y una especie de cajón de sastre. Hace menos de una hora estaba leyendo blogs amigos y he entrado en el de el compañero Exitus Letalis La entrada me ha tocado unos resortes que me hacen escribir en estos momentos esto y seguidamente un "copiar y pegar" de mi otro blog hablando de lo que uno siente cuando pierde un hijo, lo hago por si a alguien le puede ayudar. Para los padres que hayan perdido un hijo verán que no se sienten tan diferentes de tantos otros que desgraciadamente tienen que pasar por el mayor dolor de su vida y para los amigos, allegados, familiares y conocidos que no saben como actuar frente una desgracia tan terrible, que se ponen nerviosos y dicen cosas que más que ayudar (con la mejor intención) consiguen totalmente lo contrario.
Los blogs tienen el inconveniente que nuevas entradas van dejando atrás las primeras y muchas veces quedan allí olvidadas.
Pienso también que no es una entrada "normal" pero también está ligada a la temática de mi blog, aunque visto desde la vertiente humana de las emociones.

Si le puede servir aunque sea a una sola persona me sentiré enormemente satisfecha.
El artículo que precede está escrito el 1 de abril del 2007, hacía cuatro años del fallecimiento de mi hijo.


Para tener muy en cuenta
1 abr 07 Autor: giverny En: "Pérdida y duelo" MI HIJO HA MUERTO ¿QUÉ PUEDEN HACER PARA AYUDAR?


Por favor, no pregunten “¿cómo estás?” a no ser que quieran realmente conocer la respuesta.

“¿Cómo estás?” se ha convertido en un saludo sin significado cuya respuesta esperada es “bien”. Pero yo no estoy bien. A lo más estoy un poco serena y la mayor parte del tiempo estoy mucho peor. Me siento desconcertada, enfadada, herida, culpable.... Pero estos y otros sentimientos normales que siguen a la muerte de alguien que tu amas,no son la materia de una conversación educada. Así que si no están preparados para escuchar al respecto, mejor es que elijan otra forma de saludarme.

No esperen mucho de mí demasiado pronto.

Si me hubiera roto la pierna, me la habrían escayolado y no esperaría que volviera a estar normal durante meses. No se pueden escayolar sentimientos rotos ni verse las cicatrices. Pero necesitan tiempo para sanar y yo necesito tiempo para acostumbrarme a darme cuenta de que “normal” de ahora en adelante es vivir sin mi hijo, (y no se si “sanaré” alguna vez)

No ignoren la muerte o al niño que ha muerto.

No tendrían ningún problema en hablar acerca de las buenas noticias. Si simplemente hubieran ganado una bono loto, sería la primera cosa que mencionarían. Las malas noticias son diferentes: probablemente no sepan qué decir, ni cómo decirlo. Pero la muerte de mi hijo es la cosa más importante en mi vida y ayuda que se reconozca.

Sean honestos y procuren ahorrar lamentos.

“Es terrible, no sé qué decir” ayuda mucho más que frases de cliché que no son ciertas de ninguna manera. El tiempo por sí mismo no cura, el hecho de que nos tengamos el uno al otro es irrelevante porque dos personas que caen no se pueden salvar mutuamente y no hay consuelo en la idea de que la desgracia es la voluntad de Dios....por qué para mi simplemente no existe.

Si quieren ayudar, no hagan promesas vacías.

Decir “si hay algo que pueda hacer...” puede hacerle sentirse a usted buena persona, pero lo más probable es que yo no pueda usar su ofrecimiento porque probablemente no sepa que necesito y no estoy segura que significa “algo”.
Practiquen, no prediquen.

No importa lo débil, fuerte que sea mi fe o su ausencia total de ella, cualesquiera que sean sus creencias, este no es el momento de sermones.

Sean sensibles.

Encuentro difícil creer que la vida en el mundo exterior va siguiendo cuando mi mundo privado se ha hundido. Espero que la muerte de mi hijo pueda aceptarla algún día, pero si es así, llevará tiempo (quizá toda mi vida) antes de que el peso de mis propios sentimientos se aligeren lo suficiente y no me siente como hasta ahora, que la muerte, cuanto antes mejor, sea la única salida (terriblemente egoísta) para encontrar la paz.

No esperen de mí que siga una forma preestablecida de lamento.

Negación, enfado, culpa, depresión y aceptación son fases en el proceso que se sigue (habitualmente), pero no hay dos personas que lo vivan del mismo modo. Tendré días malos y días buenos, algunos días podré superar mucho y otras veces me sentiré abrumada por pequeñas cosas. Puede parecer ilógico, pero los sentimientos suelen serlo.

No confundan control con superación.

Un gesto rígido en los labios probablemente signifique que sujeto las riendas de mis sentimientos no que me haya acostumbrado a ellos. Puede ser que no se sientan cómodos con una persona melancólica o con un llanto o mirar unos ojos inundados en lágrimas que se quieren reprimir, pero son algo mucho más saludable que el entumecimiento, al menos creo que así no perderé la razón.

La muerte de mi hijo me ha dejado espiritualmente rota. Me llevará un tiempo (o todo lo que me quede de vida) recomponer las piezas para reconstruir medianamente mi existir. Pero cuando las cosas van realmente mal, saber que hay un amigo puede ser todo lo que necesito para inclinar la balanza a favor de intentar la recuperación y llevar mi dolor dignamente.

http://giverny.lacoctelera.net/post/2007/04/01/para-tener-muy-cuenta

8 comentarios:

Calamidad dijo...

¡Ostras, Mar! :-$

Solo con ver a Son Goku me has conseguido traer a la memoria un recuerdo para mí imborrable que no es otro que cuando salía de clases de fotografía, iba a buscar a mi primo pequeño (casi mi hermano) al cole y nos poníamos juntos a ver en TV3 Bola de Drac Z mientras merendábamos un bocata de nocilla... Es mi primo y no sé qué sería de mí si algún día se marcha antes que yo (ya que es mucho más pequeño en edad), así que no me puedo figurar tus sentimientos. Es inimaginable.

Cuando leo cosas como la tuya siempre pienso en esas mujeres de la postguerra y antes, por ejemplo, que perdían hijos a diestro y siniestro. Mis dos abuelas tuvieron cada una catorce hijos. A la paterna le sobrevivieron ocho. A la materna nueve. ¿Cuáles serían sus sentimientos? A tres de mis tías se les han muerto hijos y, salvo el luto sempiterno de una de ellas, las veo hasta cierto punto animadas. Yo he perdido dos enanos antes de que nacieran y me han hundido en lo más profundo de mi ser y aún así no logro imaginar tu dolor.

Solo te puedo dar todo mi apoyo, amiga, todo el que te pueda brindar desde internet y en persona cuando te vea. ;-)

Un besazo bien fuerte.
Cal.

JFL dijo...

Ante semejante post uno se queda con pocas palabras que añadir. No conocía ni tu otro blog ni este acontecimiento que sin duda marca la vida de una persona, de unos padres.
Para los que creemos en algo, parece que la cosa se hace algo mas fácil, pero que tontería, esto tiene un proceso de duelo que como dices puede durar toda la vida.
Me ha conmovido y removido estas palabras, mas conociéndote. Debe ser muy difícil poder expresarse con tanta franqueza tras vivir algo así, pero es una forma de soltar tanto sentimiento comprimido.
Gracias por compartirlo, es algo que puede ser aplicado para cualquier perdida humana.
Un abrazo muy muy grande...

Circe dijo...

Emocionante y conmovedora entrada. No he sentido ese dolor por la muerte del hijo, pero sí otros similares. Me identifico con todas las palabras que has escrito y te felicito por haber expresado tan bellamente lo que por definición es tan difícil de expresar, ese indecible dolor por una muerte que va contra la lógica.

Aunque no te conozco te envío un fuerte abrazo.

Ana A.L.P dijo...

No puedo imaginarlo,me resulta inconcebible,tengo TRES HIJOS,y cada vez que muere o desaparece un niño muere o desaparece una parte de mí:como Madre soy TODAS LAS MADRES..
Un abrazo enorme,Marina.No hay palabras para esto.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Gracias por tu visita a mi blog. Me alegro que te haya gustado. Estaré encantado de verte de nuevo por él. Y gracias también porque ha permitido que encontrara tus blogs. He estado viendo un poco el de Imágenes de la memoria y éste y me han gustado mucho. Y eso que nada más llegar el primer texto tuyo que he leído se refiere a la pérdida de un hijo tuyo hace tiempo al que honras y recuerdas con ese texto y con el blog entero.

Y contrariamente a lo que la mayor parte de la gente pueda sentir, la temática de tu blog es de lo más interesante. Yo también he hecho muchas fotografías de tumbas, panteones, y cementerios. Arte y un halo de trascendencia se mezclan en esos lugares. Bueno, encantado de conocerte, y cuenta también con mi presencia por tu sitio. Un saludo muy cordial.

GAIA dijo...

El teu post m'ha emocionat i alhora l'he trobat preciós. La mort d'un fill és sempre inesperada i és el més dolorós que pot patir uns pares.
Una abraçada

Ana dijo...

Hola, Mar, llego a tu blog buscando en Google una escultura funeraria bonita para encabezar un hilo de poemas sobre la muerte en un foro poético.

Tus palabras me han impresionado por todo lo que reflejan, pero el choque emocional nos lo produce la imagen y hablo de la imagen en sentido literario, haya o no haya foto. El impacto que produce tu "Son Guku" es mucho más fuerte que cualquier otra cosa que se pueda decir, porque en esta imagen animada
quienes tenemos niños podemos ver directamente al niño frente al televisor en plena cotidianidad.

Justo venía ya tocada por estas fotos sobrecogedoras, que he visto un segundo antes de entrar en tu post y expresan exactamente lo mismo.

[img]http://i285.photobucket.com/albums/ll78/Artes-ana/DEC/LundSuecia2.jpg[/img]

[img]http://i285.photobucket.com/albums/ll78/Artes-ana/DEC/LundSuecia.jpg[/img]

Hace unos años me conmovió otra imagen, Nicolas, hijo de la amiga de una amiga escritora, un niño de apenas tres años murió de cancer y sus últimas palabras fueron: Soy un niño bueno. Me impresionó tanto la imagen del pobre niño, justificando su compartamiento que le hice este poema.


Vida breve, eterno recuerdo

Aunque mil veces llorada
no se suaviza el dolor
ni el espanto ni el pavor
de tu muerte desgraciada.

La enfermedad despiadada
no te ha dejado ser hombre,
y aunque yo misma me asombre,
ya el espíritu sereno,
mi niño, mi niño bueno,
rezo pensando en tu nombre.

Artesana, 2007

Quienes creen, si en este caso son capaces de seguir haciendolo, tienen una ayuda psicológica extra, envidiable.

Realmente ante una persona golpeada por un hecho semejante, como ante cualquier dolor grave, es muy difícil actuar, depende de tu manera de ser y de la manera de ser del otro, efectivamente, se suele decir una fórmula de compromiso, "de politesse" que dicen los franceses, pero es que así es la vida, nuestras penas son nuestras y no se pueden compartir por más empatía que tenga la otra persona. Peor aún sería no decir nada, al menos, ya que todos hemos estado en este caso alguna vez, tenemos el recurso de las buenas formas para salvar esta laguna.

Un saludo afectuoso y gracias por compartir tus sentimientos en el blog.

Ana dijo...

Veo que no se editan las fotos, estos son los enlaces:

http://i285.photobucket.com/albums/ll78/Artes-ana/DEC/LundSuecia2.jpg[/img]

http://i285.photobucket.com/albums/ll78/Artes-ana/DEC/LundSuecia.jpg