domingo, 26 de febrero de 2012

El soldado de la Plaça Catalunya


La historia cambiante de la Plaça Catalunya (Barcelona, España) ha dado hasta para escribir un libro, una obra muy interesante de Lluís Permayer. En este blog ya hay alguna entrada sobre ella y hoy quiero enseñar la fisonomía que tenía el año 1937.

El 14 de marzo de ese año, en plena Guerra Incivil el Presidente de la Generalitat en aquel momento, Lluís Companys inauguró una estatua  que llevaba por nombre, “Al soldat heroic del poble” (Al soldado heroico del pueblo) en el centro mismo de la Plaça Catalunya. La figura estaba en guardia, con la bayoneta calada, no sé las medidas, pero los periódicos de la época hablaban de “proporciones colosales” enorme sí que era desde luego. Estaba confeccionada en yeso de color tostado y nada se sabe del autor. El monumento tuvo corta vida.

La foto corresponde al día de su inauguración, a la izquierda se puede ver el desaparecido Hotel Colón convertido en sede del PSUC con la fachada llena de carteles y pancartas y a la derecha la Casa Pascual i Pons proyectada en 1890 por Enric Sagnier i Villavecchia.


5 comentarios:

APU Barcelona dijo...

Hola Mar.
Muy curiosa. Desde luego hoy día no se como encajaría en ese lugar una obra de tales caracteristicas.
un beso.

Ya te avisaré del día y hora de la quedada bloguera "en busca de Hermes por Barcelona".

Unknown dijo...

Pues debía de ser tremenda, a tenor de las proporciones, aunque como dice Apu, no sabemos si encajaría...
Besos ¡¡¡

MISCELÁNEAS dijo...

Impresionante la foto, no tan solo por la estatua del soldado sino por como estaba la Pza Catalunya en esos momentos tan convulsos de nuestra historia. Saludos !!!!

APU Barcelona dijo...

Hola Mar.

Ya disponemos de una fecha para la «caza de Hermes» por Barcelona.
Si eres tan amable pasa a confírmar la asistencia.
Un saludo.

http://veodigital.blogspot.com/2012/02/blogueros-cazadores-de-hermes-por.html

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Yo tampoco sé si encajaría otra con una estética tan definida por aquellos tiempos, aunque todo es cuestión de acostumbrarse, porque la ideología que pudo representar en su momento, el tiempo la ha borrado perdurando el “arte” más o menos valioso, por eso no soy nada partidario de destruir absolutamente nada. Aunque esta figura, no parece que sus autores esperaran, haciéndola de yeso, que durase mucho. Al menos queda su foto. Un abrazo.